El año 2019 ha sido para esta federación un año transcendental. Año en el que se ha producido el relevo en la presidencia, y numerosos cambios en la ejecutiva que dirige esta Federación. Los cambios en las personas hasta este año, no traían consigo un cambio o intención de modificación de la actuación, formas y mecanismo para la federación. No creo sorprender a nadie al manifestar que la federación estaba en este último decenio instalada en la parálisis institucional, dentro de una inercia, no siempre pacífica, y de una falta de evolución y adaptación a los actuales modelos de gestión, transparencia y publicidad que tan necesarios son para poder sobrevivir en el páramo de los deportes minoritarios.
Sin embargo, de nada sirve un cambio si a posteriori no se crean las estructuras necesarias para que no sea efímero, o peor aún, sea una mera declaración de intenciones, ausente de contenido y actos que demuestren un auténtico cambio de rumbo. Por ello es necesario que lo iniciado en el año, sea consolidado en el 2020. Y para ello se ha de dotar a nuestra Federación de un nuevo modelo de gestión, no solo en lo económico, sino también en lo relativos al aprovechamiento de las nuevas tecnologías, redes sociales, publicidad audiovisual etc. Pero fundamentalmente, se ha de proceder a un nuevo modelo en la toma de decisiones. Este punto es esencial si queremos tener un proyecto a largo plazo y sólido.
Generalmente en las pequeñas federaciones deportivas se tiende a un excesivo personalismo, en donde escasas personas toman las decisiones que afectan a muchos. Esta deriva ha sido radicalmente arrinconada en esta Federación en el año 2019. Pero de poco o nada serviría si los miembros de la asamblea y de la ejecutiva dicen, pero no hacen, o manifiestan el deseo de cambio, pero en la gestión, en la toma de decisiones, en la organización, proceden a actuar en base a patrones antiguos anteriores al 2019, que han demostrado sobradamente su ineficacia.
Por ello os insto compañeros y compañeras, que en este año nuestros actos como miembros de la asamblea, de la ejecutiva o simplemente de la federación, tengan como consecuencia: un mayor respeto por los órganos que han de tomar las decisiones, fundamentalmente la asamblea, órgano soberano en donde se han de decidir todo lo importante, ya que las ejecutivas no pueden sino ejecutar, y llevar al ámbito material de los actoslo decidido por los representantes de todos y todas las integrantes de esta federación. No caigamos una vez más en el personalismo de 2 o 3 personas, no deleguemos nuestra responsabilidad por comodidad, inercia o pasividad. Por ello la asamblea ha de ser a partir de ahora el órgano que dentro de sus competencias dinamice, decida, delibere y marque la senda a seguir. La ejecutiva estará ahí para organizar, dar opciones, caminos y ejecutar en el marco de la Ley lo acordado. Pero si queremos una federación transparente, legal y activa, si deseamos formar de entre nuestros jóvenes futuros cuadros directivos, si retendemos dotar a la federación de un modelo de gestión y de actuación para el futuro, es del todo punto necesario que reforcemos la actuación de la asamblea. De este modo hoy, dentro de 10 años o dentro de 20 los que formen parte de la federación tendrán la seguridad de cuando se puede pedir, quien decide y de qué forma se ejecutará lo acordado. Todo ello creará algo intangible pero necesario, seguridad, profesionalidad e igualdad de trato.
Nuestra Federación tiene la peculiaridad, de que prácticamente todos sus estamentos y clubes activos, forman parte de la asamblea. Por ello es necesario que por parte de estos se realice un esfuerzo para adaptarse a un nuevo modelo de gestión y actuación. La realización de calendario deportivo, la organización de competiciones, creación y desarrollo de ligas, etc. No son meros actos que podamos organizar de forma deslavazada, con improvisación o modificaciones unilaterales de última hora. Ya que estos actos representan a la Federación, a los clubes que la componen y al prestigio y buena imagen pública de este deporte que tanto nos apasiona.
Debemos huir de una federación segregada en clubes territoriales como si de compartimentos estancos se tratara, todos deben tener una misma función y finalidad: la supervivencia de nuestro deporte, la excelencia de nuestros deportistas y la honestidad. Todos los clubes han de tener las mismas oportunidades si queremos garantizar la igualdad, y para ello es necesario que todos cumplamos los plazos, las normas y los procedimientos. Y para conseguir este resultado, todos los clubes han de actuar coordinados a través de nuestra Federación, siempre en base al cómo y al cuando que entre todos hayamos acordado. Es necesario en este año 2020 dejar atrás la división que en los últimos años ha caracterizado la organización de esta Federación, para conseguir tener una sola voz, e igualdad de trato y oportunidad para todos los estamentos.
Y por último, los clubes, los y las deportistas, entrenadores/as, jueces/zas, sois parte esencial de esta federación, tenéis una ejecutiva a la que podéis pedir información y amparo, hacedlo. A una asamblea para impulsar vuestras peticiones y quejas, exigídselo. A un director deportivo y seleccionador Gallego, el mejor de España, que está para formar a entrenadores, colaborar y auxiliar a los clubes y organizar o bien ayudar en la captación de nuevos deportistas, saquémosle provecho antes de que los cantos de jubilación nos los lleven.